viernes, 18 de mayo de 2012

Las traiciones de Felipe Angeles

Volviendo a la llegada a Monterrey del General Obregón, salió la comitiva de los generales, jefes y oficiales en automóviles y coches de caballos rumbo al centro de la ciudad reynera, hasta llegar al hotel Iturbide.

Ahí ya estaba congregada la multitud, en los balcones inmediatos y en las esquinas había muchos reaccionarios de Monterrey y muchas damas de todas las edades.

El general se dirigió al pueblo y al aludir a Villa lo llamó "Doroteo Arango", y continuando su discurso dijo al referirse al general Felipe Angeles: "Angeles es traidor por antonomasia. Traicionó a Huerta, que lo envío a París con una canonjía espléndidamente pagada. Traicionó a Carranza, que lo trajo de París con espléndida paga, no obstante la penuria por la que entonces atravesaba el ejército constitucionalista. Después traicionará a Villa, huyendo al extranjero y al final traicionará, ¡a la madre que lo parió!"

Esta frase lastimó mucho los oídos de las damas regiomontanas y ofendió mucho a los reacciofenicios neoloneses, quienes se fueron retirando fríamente, pero el pueblo y la oficialidad presente aplaudió a rabiar, lanzando vítores al general Obregón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Todo con medida